TEXTO DEL CATÁLOGO PARA LA EXPOSICIÓN EN EL MUSEU COMARCAL DE L’URGELL TÀRREGA DEL 4 DE DICIEMBRE 2015 AL 10 ENERO DEL 2016
OCNOS
Con el título de "Ocnos" se presenta una colección de pinturas realizadas a lo largo del año 2015, las cuales intentan conectar con los lazos rotos de la teoría del arte moderno, desde un punto de vista contemporáneo.
Ocnos es un personaje mitológico habitante del Hades, que siempre está trenzando una cuerda de juncos mientras un asno se los va comiendo.
“Cosa tan natural era para Ocnos trenzar sus juncos como para el asno comérselos. Podía dejar de trenzarlos, pero entonces, ¿a qué se dedicaría? Prefiere por eso trenzar los juncos, para ocuparse en algo; y por eso se come el asno los juncos trenzados, aunque si no lo estuviesen habría de comérselos igualmente. Es posible que así sepan mejor, o sean más sustanciosos. Y pudiera decirse, hasta cierto punto, que de este modo Ocnos halla en su asno una manera de pasar el tiempo."
Goethe[1].
Pero esta manera de pasar el tiempo de Ocnos no la relaciono con la actividad artística ya que esta es algo más que un entretenimiento banal, y hay quienes dedican su vida y talento a ella y es precisamente porque lo consideran algo más que un pasar el tiempo.
Con este título se quiere dar varios significados de contenido general al hecho de pintar. Siendo el asno símbolo del tiempo que todo lo consume, Ocnos pasa la eternidad trenzando una soga que éste come a la misma velocidad que él trenza, por lo que su dedicación parece fútil, pero nunca abandonada. El asno representa el poder destructor y Ocnos el poder creador. La labor constante de Ocnos y del animal responde al mismo modelo arquetípico al que responde el tejido que elabora Penélope para Ulises, deshaciendo por la noche lo que creaba durante el día, el de la fuerza creadora y destructora que rige la vida. Este es el atributo más constitutivo del mito, el del esfuerzo infructuoso, es la presencia de dos principios, uno creador y otro devorador o destructor. Y es así también en la pintura, cuyo resultado es siempre el enfrentamiento entre dos contrarios, es confrontación de intuiciones.
Ocnos también representa esa parte de todo proceso creativo en la que deshacemos para volver a hacer, pintamos en un continuo crear-destruir para poder crear. Al mismo tiempo Ocnos representa el trabajo que no tiene una función, de la misma manera que podemos encontrar que todo arte que se considere como tal no ha de responder a ninguna, tan solo a los movimientos de nuestro espíritu.
"El único acto moral es el inútil, y el único acto inútil es el estético. El artista es el único hombre que realiza un acto sin ningún propósito útil; está, efectivamente, opuesto a su utilidad. Su conducta es completa, inalterable y profundamente fútil"
Barnett Newman[2]
Aparece este nombre como título de la exposición, el cual es resultado de un encuentro azaroso y casual, en cierto punto despegado del conjunto de las pinturas a las que se refiere, aunque podemos tomar la parte simbólica que representa como motivo para esta elección.
INTRODUCCIÓN
Es normal que la introducción al catálogo de una exposición no sea hecha por el mismo autor de la exposición y sea hecha por un especialista en la materia, pero no es este el caso, en el que me atrevo a comentar mis pinturas, aunque está claro que el acceso por parte del espectador a ellas ha de ser directo y sin intermediarios ni explicaciones y con una sensibilidad libre de corsés y de prejuicios.
Hablaré de mi pintura como pintor, desde dentro, y no como crítico o historiador, los cuales lo hacen siempre a posteriori y desde fuera. Intentaré no hacer confuso aquello que solo hay que mirar y ver, aquello que nunca se podrá aclarar, aquella parte ambigua que posee y que hace a la pintura ser lo que es. Podremos dar explicaciones, hablar del proceso creativo o intentaremos dar respuesta al mismo acto de pintar, pero nunca llegaremos al meollo del asunto, ya que la pintura no puede expresarse con palabras quedando en el dominio de lo inefable.
Aunque en la actualidad la pintura parece haber dejado de ser el arte visual guía, dejando paso a una multidisciplinaridad de medios, el tema de esta exposición es la pintura como gesto inmemorial y el estar en el mundo como pintor. Dentro del actual abanico de posibles, la pintura y en concreto la abstracción sigue mostrándose como un medio poderoso, válido y es presentada aquí como un instrumento dialéctico en el que entran en juego lo geométrico y las relaciones cromáticas.
Una exposición siempre cierra el círculo al presentar sus pinturas, las cuales cobran un nuevo sentido al situarlas en un espacio determinado y frente al espectador. Cuadros terminados que han abandonado la intimidad del proceso creativo y que incluso han adquirido una existencia independiente, y que cumplen uno de sus principales propósitos que es el de hacer comunidad, ya que es esta y para esta que nacen, con la esperanza de que el público esté en sintonía con la obra. De aquí la necesidad de enseñar la pintura que uno hace, aunque la respuesta recibida no acabe de tener un efecto real en la obra posterior, pero que sí lo tiene en el hecho de sentir el propio artista la aceptación, reconocimiento y valor de la obra hecha con tanta intensidad.
Podemos decir que la experiencia estética, vivida por el individuo contemporáneo dentro del contexto histórico y social, es actualmente tan amplia, tan rica y tan válida en casi todas sus manifestaciones, que se hace importante puntualizar cuál es el ámbito en el que se inscribe nuestra obra y definir con claridad nuestros propósitos. En la actualidad la pintura puede que no tenga ya encomendadas grandes misiones o grandes revelaciones como pudo haberlas tenido en otras épocas, como la de Cézanne, pero si hay algo que todavía la mantiene viva es la necesidad que tenemos algunos artistas de seguir utilizando este medio como campo de nuestras búsquedas o encuentros.
Ante la dificultad actual del qué pintar me basta el hecho de la obra hecha, que me sirve de camino para saber hacia dónde ir. Intentando mostrar una manera de concebir el mundo, de mostrar una visión personal a través de una pintura plana de concepción formalista. Y es esta visión la que se ordena al deseo de hacer visible, y evocar a través de lo visible. Proponemos un posible, un mundo como posible. Así, pintar es hacer presente lo visible, es expresar mediante el hacer lo sensible.
Explicar cómo trabajo o por qué he elegido las formas que utilizo, puede tener un resultado opuesto a la intención de aclarar, puede interponerse a la experiencia estética del espectador, pero aún y así habré de correr este riesgo e intentar hacer próxima mi pintura a través de este texto.
"No existe ningún texto capaz de explicar nuestros cuadros. Su explicación debe surgir de la experiencia que se consuma entre el cuadro y el espectador"
Mark Rothko[3].
Creyendo en la actualidad de la pintura abstracta, Ocnos
presenta una pintura centrada en todo lo que es propio del medio, creada después de aquella
“abstracción redefinida "de los años 90[4]. Se refiere a la abstracción sin ambiciones de estilo, ni
respuesta en contraposición a otra, sino que su objetivo es servir de instrumento dialéctico entre formas y teorías diversas.
Esta colección de cuadros que presento son una mezcla de presión formal y libertad creativa y no pueden quedar o estar desvinculados de los trabajos precedentes, aunque estos no se presentan. Todo lo pintado responde a una evolución continua y cambio de propósitos, por lo que la entera producción debe de ser considerada como un todo.
ESTAS PINTURAS
"Del objeto negado, sepulto, las formas liberadas toman
vuelo como nubes de luciérnagas"[5]
La pintura es uno de los actos que intentan esclarecer la vida del hombre en relación a su medio, avanzamos con ella hacia el descubrimiento del yo, nos creamos a través de ella formándonos y diferenciándonos y es a través de ella que hacemos visible aquello que no existía. Mostramos un diario íntimo, personal, compuesto de obras, las cuales nos hablan del proceso creativo, del enfrentamiento con el espacio bidimensional, vacío y blanco. Presentando por un lado la búsqueda de una verdad, de la belleza o el orden creativo dentro del caos de la existencia y por otro presentando una manera nueva de gobernar nuestra creatividad, revelando la forma en que se nos aparece un nuevo mundo y que de no ser por la pintura no conoceríamos.
En la pintura de la presente muestra existen algunos referentes icónicos, no explícitos o representaciones, más que por una búsqueda de lo absoluto por la necesidad de crear una nueva realidad. El tema queda desvinculado del cuadro, en el sentido del objeto estético, centrando la atención en el medio y en sus valores plásticos y estéticos, no habiendo por tanto, espacio para la ilusión tridimensional.
Es desde dentro de la misma pintura que iluminamos, sin convertirla en un ejercicio teórico especulativo, desde la experiencia y jamás construyendo un cuerpo teórico justificante del propio proceso creativo. Ante todo pinto, y es después que puedo acabar escribiendo algo como esto. Pienso la pintura pintando. Por tanto, es la intuición la que aporta algún código que ni nosotros mismos conocemos, durante el proceso creativo, de la misma manera que nos avisa de cuándo puede estar el cuadro acabado.
La pintura que hago, aunque poco osada y rápida pero chispeante e inesperada, permanece en la superficie, evitando toda perspectiva y posible ilusión de volumen, aún y corriendo el riesgo de desviarme hacia lo decorativo. Intento poner todo el acento del cuadro en la superficie, en lo plano, sin referirme a la naturaleza pero actuando como ella. Dentro de los límites de esta superficie aparece un fondo, unos planos y líneas de contraste pero sin llegar nunca a convertirse en objeto tridimensional. Muchos de estos planos se construyen a través de tramas y líneas entrecruzadas, cuyos colores contrastan y resaltan sus relaciones, manteniendo siempre el aspecto plano de todos los elementos que puedan aparecer sobre el fondo, señalando un factor rítmico, al igual que en los grandes lienzos de Matisse de 1916, con yuxtaposiciones cadenciosas de bandas tramadas de colores brillantes enfáticamente decorativos. Involuntariamente el traslapo de los planos marcan una distancia entre los distintos términos respecto del fondo. En ningún momento aparecen sólidos, y es al desaparecer la tridimensionalidad, la experiencia táctil, que aparece lo puramente visual, el sentido aptico desaparece.
Todos los elementos que aparecen en el cuadro forman parte de una relación, de un tejido conjunto. Aparecen grandes zonas de reposo para el ojo y centros de atención que trasladan a la visión armónica del conjunto, tanto cromática como estructuralmente.
Con sensibilidad, oficio e imaginación intento definir una concepción plástica, aunque con un sentido amplio y abierto, pues en cada pintura que comienzo vuelvo a cuestionar esta concepción, que paso a paso y de manera involuntaria se va materializando. Con cierto espíritu formalista, pero con un fuerte sentimiento hacia lo lúdico, lo desconocido, lo vital y espontáneo, no buscando la solución a problemas planteados de manera estrictamente formal, sino dando muestras de un mundo abierto y capaz, en el que el azar juega una baza importante en las soluciones encontradas. Lo que más me interesa pues es ver aparecer el cuadro, el nacimiento de eso desconocido del que no sabemos el resultado, el cual es juego de dos contrarios, el dejar ir el impulso creativo y el controlar el cuadro. Y es así como nace este de manera directa, sin proyecto o ideación previa, comenzando siempre cada nuevo cuadro con la misma y desconocida emoción.
Existe un propósito en la pintura, una especie de plan de trabajo, pero nunca se sabe cuál será el resultado. Nace la imagen, se le suma lo imprevisto, se obtiene un resultado sugerente y a partir de este vamos llevando adelante el cuadro. Al momento vuelve a surgir algo nuevo y la imagen va transformándose aunque van depositándose y cristalizando ciertas zonas que son dominantes en la composición.
Es el mismo carácter abstracto de la pintura el que me obliga a mantenerme dentro de la sencillez del cuadro. Aunque a veces el dibujo toma un carácter pictográfico, es decir como una especie de escritura por medio de algo parecido a signos gráficos que parecen representar objetos abstractos, los cuales podríamos denominar caligramas, ya que los signos adoptan una disposición formal que hace referencia a su propio contenido, en este caso abstracto.
El marco o el borde del cuadro afecta a la pintura de diversas maneras; sin él o con él no deben destruir el conjunto. Está claro que forma parte del mismo cuadro y la pintura está inscrita dentro del espacio determinado que delimita, por lo que debe establecerse un diálogo y encontrar el acuerdo. Matisse al respecto nos dice que lo mismo que un concierto de cámara será interpretado de manera diferente según las dimensiones de la sala donde deba ser escuchado, de la misma manera la limitación de la superficie por la frontera del marco nos dará una lectura u otra de la obra. En los que presento sin marco y con un listón como borde, que también es pintado como parte del cuadro, éstos no tienen una función delimitadora ni contingente y la superficie aparece como recortada de otra que se extiende más allá de sí misma y de esta manera parece presentarnos una parte escogida; la pintura parece querer expandirse por la pared en la que cuelga.
Los títulos que le pongo a las pinturas creo que deben servir como metáfora para identificar un contenido emocional o para evocar significados, aunque sean contradictorios, incluso el uso de cierto sentido del humor es beneficioso a la lectura de la obra y en cierta manera puede desmitificar un poco la experiencia estética y quitarle trascendencia.
EL COLOR
El color es uno de los elementos dominantes sobre el conjunto del cuadro, el interés por él nace de la importancia por los materiales mismos, y es fundamentalmente a través de él que se articula toda la estructura formal. Me permite construir situaciones artísticas originales, dando riqueza al cuadro; además posee un gran valor expresivo y emocional, es decir, la utilización de según qué tipo de paleta, o de relaciones cromáticas, puede darnos claramente una sensación opresiva o alegre. Busco a través del color crear este impacto emocional e intento que no sea decorativo.
Cada cuadro presenta un color dominante, el cual no es determinante para el juego creativo, ya que siempre hay un hueco para los impredecibles, la invención y la espontaneidad. Lo empleo como medio de expresión directo y no como un elemento decorativo de la forma. Gauguin había sido uno de los primeros en valerse de éste por medio de la simplificación y la síntesis, aplicando tonos planos y colores yuxtapuestos y opuestos. Me sirvo de los colores-forma intensos y simplificados en busca de la unidad y una lógica interior que produzca un alegre estruendo. Es la interacción de estos colores planos los que van a crear una tensión superficial, en detrimento de lo decorativo que pudiera darse en ellas mismas, y es así como una nueva realidad nace a partir de una visión.
La experiencia estética del espectador frente al color mediante la armonía y equilibrio cromático que busco, está definida por un valor hedonista y por cierta voluptuosidad, los cuales considero valores positivos, aunque no definitivos y concluyentes. Aún siendo los sentidos imprescindibles para percibir estos valores, no es el único factor, ya que nuestra sensibilidad no se queda solamente con lo puramente placentero. Utilizo el color de una manera subjetiva y sensorial.
Un color por sí solo no nos presenta nada más que algo local, sin valor en la superficie del cuadro, ya que es en la relación con el conjunto dónde toma sentido. La composición cromática, tensa como un tambor los planos lisos y paralelos de la superficie. Tampoco el color se aparta del dibujo, sino que van de la mano, a medida que dibujamos utilizamos el color simultáneamente. Cuanto más armónico el color, más compuesto el dibujo y la estructura. Así, la estructura formal y el campo cromático crean una relación activa y recíproca, que comunican un cierto tipo de emociones.
Utilizo formas-superficie con unos contornos duros y recortados, dibujados, con una acentuada calidad cromática. También la línea es un elemento que se entrecruza creando tramas cromáticas de ritmos sinuosos que marcan cierta cadencia al conjunto. Aunque también aparecen elementos lineales con una función estabilizadora en la composición, buscando el equilibrio.
Las relaciones cromáticas son inventadas, aunque algunas pueden ser análogas a como las encontramos en la naturaleza, pero fundamentalmente la cuestión cromática del cuadro actúa a base de apariciones, o es la propia pintura la que nos va indicando o dando pistas de hacia dónde dirigir la relación. Así pintamos fascinados y alejados de la razón. Está claro que también en cada cuadro existe una cierta lógica interna consecuencia de las decisiones que tomamos, sobre todo guiados por nuestra intuición.
En la serie de cut-outs de esta exposición, los cuales se presentan como pertenecientes a una serie en la que cada trabajo ayuda al resto a una explicación mutua, el color se convierte en lenguaje de sensuales e idealizadas abstracciones. Los colores llevan la voz cantante, contrastando unos con otros se aproximan o se repelen, haciendo que sus bordes brillen en sus encuentros y dando forma a los espacios negativos, que permiten el máximo poder de expansión a cada color-forma. En ellos aparece el uso del negro como un color más, en forma de bandas, al igual que las estampas japonesas Ukiyo-e, negro que aparece en algunas zonas procurando que se mantenga en el plano, evitando que retroceda y cree un hueco en la superficie del cuadro. El negro aparece entre los demás del espectro como uno más, puro y sonoro, trampolín de contrastes y relaciones que se armonizan con el conjunto. Y como la pintura es cuestión de opuestos, al negro le acompaña el blanco, de la misma manera que a estos dos les acompañan el resto de relaciones cromáticas. El claroscuro sigue siendo una herramienta que me posibilita construir estas relaciones, gradaciones y contrastes, pero apoyado por esta estructura cromática.
La experiencia estética frente a estos cuadros se centra en los valores plásticos y necesita de dos claros opuestos, por un lado el pintor y por otro el espectador, el cual experimenta la impresión inmediata que dejan estos en él y que en un segundo término da paso a la reflexión, la cual puede hacer que se centre en lo expresivo trascendente de estas cualidades. Podemos decir que el espectador accede al valor último en una segunda instancia, como resultado de una reflexión sobre la impresión inmediata que dejan los valores plásticos. Y si nos preguntamos por los sentimientos que evoca esta pintura, podemos decir que no hace falta que sólo sean activos y expresivos, también pueden ser serenos y emocionales, siendo la composición y el color decisivos en este aspecto.
El resto de los artistas, la cultura pasada y contemporánea tienen mucho que ver con lo que actualmente se está haciendo en pintura, es imposible el partir de cero y crear de la nada. Para realizarse como artista se hace necesaria la comprensión y estudio del arte, se hace imprescindible entender y comprender el qué ha pasado en el arte desde la Modernidad, siendo un "insider" de todos los cambios producidos y frente a los artistas que admiramos siempre debemos conservar independencia, debemos decir cosas diferentes, artistas sin los cuales nuestra pintura no hubiera sido.
Matisse y el uso de motivos cromáticos repetidos ha sido algo que está presente en algunas de las pinturas que hago. Además me siento influenciado por su capacidad de empatizar y evocar emociones. Este pathos de Matisse que comunica a través de su alegría de vivir es un referente que se refleja y se desprende de mis cuadros como una especie de alegría final.
Intento ser como los viejos maestros respecto al sentido clásico de orden y unidad, no frente al natural, pero sí por la búsqueda del concepto de unidad en el cuadro. Cézanne quería rehacer Poussin según la naturaleza, yo lo intento creando mi propia realidad, mis propios registros visuales, inventando mis propias experiencias visuales. La preocupación por la organización del todo y sus partes es una constante, con mayor o menor acierto.
En mi pintura hay una clara referencia al uso que hacía el cubismo sintético de los colores brillantes y un diseño simplificado y amplio.
LO DECORATIVO
Este término ha estado ligado a un tipo de arte, normalmente figurativo, que ha tenido una función ornamental, aunque últimamente se ha convertido en un elemento más que forma parte del lenguaje abstracto de los últimos años, y no por ello desmereciendo a quien lo usa. En el arte que hace acto de presencia un criterio tendente hacia lo decorativo parece que deba poseer elementos superfluos o poco comprometidos, pero nada más lejos de esta idea. Los medios que utilizo en mi pintura lo son en sí mismos, lo que hace que su fantasma esté muy presente, pero intento usar este valor decorativo contra sí mismo, utilizándolo como un medio más, incrementando la tensión entre los medios y los fines no decorativos. Intento que estos medios dejen de serlo a través de la búsqueda de una visión.
Lo decorativo aparece en la plástica actual como consecuencia lógica de un contexto social y cultural específico que se convierte en una de sus más destacables contradicciones. Lo heroico de las vanguardias y el expresionismo abstracto, así como los problemas de identidad han ido a desembocar en un decorativismo inevitable. Ya en los 80 se asume lo decorativo con una base constructiva para llegar a los 90 y hasta nuestros días como forma dominante en la abstracción.
Podemos encontrar claros ejemplos en la obra de Juan Uslé o en algunas técnicas empleadas por artistas como Philippe Taaffe y Ross Bleckner, los cuales emplean plantillas para hacer repetitivos algunos de los elementos que aparecen en sus pinturas, los denominados "pattern painting".
LO GEOMÉTRICO
Me sirvo de lo geométrico como elemento organizador del espacio, como elemento generador de estructuras y de formas. Lo abstracto, lo plano y lo geométrico casi que no se pueden separar debido a su propia naturaleza. Podemos conseguir la tensión compositiva y la unidad de la superficie a través de esta relación que se produce entre los tres.
Los rectángulos aparecen como un recurso más durante el proceso creativo sin una trascendencia mayor. Intento que estos sean abiertos y no cierren el espacio compositivo del cuadro. Estos elementos aparecen como meros agentes del lenguaje plástico, de un lenguaje que desconocemos, por lo tanto sin ninguna traducción, tan solo apreciamos el cómo se nos presentan.
Lo geométrico comunica cierta pesada exactitud de la que huyo. Algunas herramientas o soluciones se repiten entre un cuadro y otro formando un lenguaje propio de medios, creando un cierto estilo por el que no lo apuesto todo, tan solo los considero para alcanzar un contenido. La abstracción como un medio y no como fin en sí misma.
Puede verse en algunos de mis cuadros una relación entre lo geométrico y lo compuesto, a través de la línea y del gesto automático que urde las tramas, las cuales componen los planos y sus contornos regulares.
En fin, estos textos son un intento de reflexionar sobre el proceso de creación, aún y cuando existe una distancia abismal entre los dos distintos tipos de lenguajes, el plástico y la palabra. Lucio Muñoz comentaba muy acertadamente en uno de sus textos "Yo no puedo explicar un azul"[6]
[1] Cita de Goethe que abre el libro “Ocnos” de Luis Cernuda.
[2] Newman, Barnett: Escritos escogidos y entrevistas. Editorial Síntesis. Madrid 1990. pág. 152
[3] Rothko, Mark: Escritos sobre arte (1934-1969). Paidós Estética 41.Barcelona 2015. pág.69
[4] Exposición: "Nuevas Abstracciones" . Centro de Arte Reina Sofía. Madrid 1996.
[5] Picon, Gaëtan: "Las líneas de la mano". Monte Ávila Editores. Caracas 1976. pág.:194
[6] Muñoz, Lucio: "El conejo en la chistera". Editorial Síntesis. Madrid 2006. pág.61